«Me quedé una vez en blanco en una sala con 250 personas»
Se llama Ignacio López y es uno de los pioneros del teatro de improvisación en Madrid. Empezó desde muy joven a entrenar esta disciplina y hoy viaja de vez en cuando con un grupo de amigos (más que compañeros de trabajo) por el mundo para participar en festivales de ‘impro’ (así se conoce) y vive de ello con su propia compañía ubicada en Madrid.
Me lo llevé como un marajá en un rickshaw hindú de 1975 sin frenos por El Retiro para crear un ambiente propicio para la improvisación. Ignacio es un profesional de una técnica teatral laboriosa que cada vez suma más adeptos. Es normal que esto suceda, es tremendamente divertido ver un grupo de personas improvisar encima de un escenario. Incluso es normal verles cómo a ellos mismos les entra la risa.
Casualmente fui hace cinco años a ver un catch de impro sin conocer a Ignacio y sin saber, hasta que le hice la entrevista, que formaba parte de esta gran obra en la que el público da el pie y ellos desarrollan la escena por asaltos entre varios. Se llaman Impromadrid y acaban de celebrar su 15º aniversario. Que sean muchos más y que los veamos subidos a un rickshaw mientras Ignacio improvisa y a mí me sale una sonora carcajada.
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