«Antonio era un hombre que vivía mucho de los recuerdos de la infancia, yo creo que tenía la sensación de que había sido la época más feliz de su vida»
Conocer a Carlos Vega es un regalo. Tener la ocasión de sentarlo a tu lado, ¡y en un Seiscientos de Trip Troop!, a un tipo tan sensato, gran conversador y arquitecto (ahí es nada), es algo único.
Le inculcaron sus padres el gusto por la música que también le llegó de lleno a su hermano menor, Antonio Vega, un pensador de otra época, con letras y melodías tan profundas que no se pueden escuchar en cualquier estado de ánimo.
Hace diez años nos dejó Antonio Vega, pero a diario se escucha su enorme creación musical, llena de poesía y reflexión con versos como “… y es que no hay nada mejor que remover el tiempo con el café” o “la física es un placer”, que hoy en día, en un escenario con retrogusto a reguetón, parece que está fuera de lugar. Por desgracia.
Y cómo colofón a un paseo inolvidable, Carlos quiso hacer un homenaje a su hermano tocando una versión de ‘El sitio de mi recreo’, una canción que compuso en una tarde como el que se come una bolsa de pipas. Increíble, disfrutemos de este momento único y no olvidemos nunca a Antonio, ese artista que pudo llegar a ser físico e incluso astronauta.
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